Por: Abelardo Valera - Marzo 2007
Por: Abelardo Valera - Marzo 2007

Para tomar la decisión de pertenecer a una agrupación política, primero se  investiga su línea ideológica o doctrinaria, y sobre la base de esta información se procede a la inscripción formal. Pero también hay  personas que se afilian a un  partido, solo como un medio para llegar al poder  con la finalidad de velar por sus intereses  particulares o de grupo.

 

Es una verdad irrefutable, que los partidos políticos en el Perú están conformados en su mayoría por dirigentes que  ven solo  sus intereses y no están dispuestos a  dar sus mejores esfuerzos para contribuir a cambiar la estructura actual del estado,  prefiriendo sacrificar el bienestar general del pueblo; razón por la cual los ciudadanos rechazan a los partidos políticos.

 

El desprestigio de los partidos políticos, se debe a que estos son manejados como clubes de amigos, y solo utilizan una ideología o doctrina para atraer a nuevos adherentes incautos, que estén dispuestos a dar su tiempo y esfuerzo para llevar al poder a un grupo de amigos. Por otro lado, el desprestigio también  se debe al ya conocido maltrato a los dirigentes, a la falta de democracia interna,  y si tienes divergencias  con la cúpula te tildan de desleal. Justamente, la nueva Ley de Partidos Políticos apunta a democratizar las organizaciones políticas,  para que no se sigan manejando como clubes. 

 

Para renunciar a un partido, tienen que existir razones de peso, por ejemplo: nuestra amiga Zoraida Mejia (Ex Secretaria del Distrito de Lince) renunció al PPC, porque en el último plan de gobierno del PPC, se incorporo la recomendación que el Perú se adhiera a la Convención del Mar, tratado que mutila nuestro territorio marítimo a doce millas; pero renunciar al partido por posiciones personales o discrepancias, no me parece  una razón de peso.   

 

El maltrato que hoy recibe Antero, por parte de la alta dirigencia ha sido el mismo que han recibido muchos dirigentes a lo largo de la historia del partido, gente de base que   muchas veces sin tener los recursos económicos, dieron su tiempo y esfuerzo para mantener vigente al partido , gente con mística y que gracias a ellos el partido aún tiene vida. 

 

Solidarizarse con Antero, no solo debe de ser una muestra de respaldo al amigo, si no que  debe generar  una protesta y critica de la forma como se viene manejando el partido; pero de ahí que esta solidaridad se convierta en la renuncia sistemática de los amigos,  no es una decisión responsable y seria; estoy seguro que ni el propio  Antero hubiera estado dispuesto a renunciar al PPC por el maltrato de un amigo pepecista.

 

La democracia  y la imagen de los partidos políticos en nuestro país, tienen un desprestigio sin precedentes. En época de elecciones la gente vota porque los obligan, por ello, no se quiere el voto voluntario; ya que se comprobaría que la democracia y los partidos políticos son un espejismo para el pueblo. Los dirigentes responsables de la conducción de los partidos, deben tomar conciencia que la política es servicio, la misma que está por encima de los intereses particulares. 

 

Es necesario que las sombras del ayer se desvanezcan , empecemos a recuperar la confianza del pueblo, porque  así podremos construir un proyecto nacional con justicia social y con una visión de futuro, para que el Perú se convierta en el Primer país de Sur América. 

 

Por el bien de la democracia y el fortalecimiento del partido, Antero regresará al PPC sólo o  posiblemente con un movimiento independiente, para conformar una posible alianza electoral, en las próximas elecciones presidenciales.  

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