DREYFUS

Por: Willy Quevedo

Enero 2011

 

Hoy, diversos actores políticos recuerdan con pesar el Contrato Dreyfus cada vez que tienen que opinar sobre las negociaciones del Estado con inversionistas mineros o petroleros extranjeros. Sin embargo, analizando ese hecho a la distancia podemos concluir que fue un acuerdo favorable al país por cuatro razones :

 

- La introducción de nuevos abonos sintéticos había terminado con el boom del  

  guano peruano

 

 - Todos los consignatarios eran morosos en sus remesas - En 1868, las reservas

   de las Islas Chincha ya se estaban agotando

 

 - En mayo de 1870, Dreyfus coloco exitosamente bonos en Europa por 12 millones

   de libras esterlinas equivalente a 60 millones de soles. Es decir, en ese momento

   el Perú volvió a gozar de crédito.

 

La explotación del guano paso por varias etapas. Primero, el empresario Francisco Quiroz intento crear un monopolio privado. En 1842, el presidente Manuel Menéndez Gorozabel estatizo los depósitos de guano que se vendía mediante sociedades extranjeras y peruanas a comisión.

 

Entre 1849 y 1869, se estableció la modalidad de contratos de consignación cuyo manejo recayó en ciudadanos peruanos. Los consignatarios mas conocidos fueron Pedro Candamo, Manuel Pardo, Felipe Barreda, Julian Zaracondegui, Nicolas Rodrigo, Mariano Ugarte, Vicente Oyague, Francisco Canevaro, Manuel Amunategui.

 

De 1869 a 1874 se entrego la venta del guano a un monopolio francés, la casa Dreyfus. En 1860, Augusto Dreyfus se caso en Lima con Sofia Bergmann Rubio. Entre 1840 y 1870 el comercio del guano represento la mitad de las exportaciones. La renta estatal guanera llego a cubrir el 80 % del presupuesto publico. El 10 % de ese total se destino a la construcción de ferrocarriles. La única inversión ferroviaria económicamente factible fue la vía Lima- Callao.

 

El servicio de la deuda externa consumía un tercio de los ingresos fiscales, equivalente a la mitad de las exportaciones. Los consignatarios retrasaban sus pagos al Estado debido a la oscilación del precio del guano en el mercado internacional. Almacenaban el fertilizante en los puertos esperando mejor cotización. El erario público no recibía las remesas puntualmente afectando la programación de los gastos.

 

En 1868, el presidente Jose Balta Montero nombro de ministro de hacienda a Nicolás de Piérola Villena quien firmo el contrato con Dreyfus en agosto de 1869. El comerciante judío se comprometió a comprar 73 millones de soles de guano ofreciendo pagos adelantados. Además, se encargaba de cancelar la deuda externa con parte de las ganancias de la venta del abono y gestionar nuevos empréstitos. Este acuerdo provoco la reacción de los poderosos consignatarios quienes organizaron el Partido Civil con Pardo a la cabeza.